He venido pensando en la configuración de algunos lugares donde siento que el tiempo, la observación y la dedicación son evidentes en la disposición de los objetos que los configuran. 
Son en algún sentido íntimos, únicos, como si el pensamiento de quien los construye en la amplitud temporal de su configuración los permeara. Un reflejo del pensamiento y de la forma de este.
COCINA:
22 X 15 CM 





Alguien dijo alguna vez que yo me fui de mi barrio…
Cuando?
Pero cuando? 
Si siempre estoy llegando… 
(Nocturno de mi barrio, Roberto Goyeneche)
Me he encontrado con estos versos en una canción, y al escucharlos he sentido que recogen la motivación profunda del desarrollo de estos dibujos. La cocina y el taller de carpintería de la casa de mis padres. Al mismo tiempo me he encontrado con el concepto de impermanencia el cual dentro de la cosmogonía budista permite entender una idea de realidad fuera del aferramiento y control, llevando a una paradoja, ya que si nada es permanente y todo en realidad es vacío, la pregunta sobre el sentido y si existe algo realmente no se hacen esperar, llegando a la idea  de la naturaleza inmortal e infinita de la mente. 
No se trata de hablar sobre una certeza o una doctrina, se trata de intuir que la observación sostenida, está como un continuo estar llegando a un lugar determinado; En este caso desde la nostalgia y los afectos, permite encontrar una grieta sobre la realidad, como si el detenerse sobre una imagen, encontrar un dispositivo de observación, un mecanismo artesanal, permitiera hablar sobre  la profundidad del tiempo. Hablar del un tiempo multidimensional, una construcción de un continuo ahora, que se entrelaza con otros continuos ahoras para dar forma a una compleja y amalgamada realidad que pervive en la idea de la infinitud de la mente.

TALLER:
22 X 15 CM


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