Dos años, seis meses, ocho bits.
Técnica: Dibujo digital
Dimensiones: tres tiras de papel de aproximadamente un metro por 35 centímetros (variable)
Me interesa reflexionar sobre la relación dibujo-tiempo-cotidianidad. Me apasiona la observación de mi entorno, particularmente, el modo en el que las cosas cambian en el tiempo. La forma más entrañable y significativa en la que el tiempo se me presenta, es el modo en que mi hijo se transforma, en intervalos fascinantes y no-medibles. La fotografía es un lenguaje transversal en el dibujo que propongo, pues retiene pequeños frames de realidad que pueden expandirse en el acto de dibujar; el dibujo es pues, una temporalidad viva que genera una observación singular del mundo. En el ejercicio cuidadoso de seguir los contornos de las formas que, capturan -en este caso, lo que amo, mi hijo-, emerge una observación de mí mismo, que intuyo, es una forma de experimentar el tiempo.