Sigo insistiendo.
En 2021 junto con Moisés Londoño iniciamos “Caudal”
Una secuencia de fotografías de la creciente del rio La Vega, que tenían como propósito inicial una serie de dibujos que a modo de dispositivo nos permitieran (llevaran, obligaran) a permanecer en una insistencia constante sobre el sostenimiento de la mirada y una acción continua y repetitiva a partir del calco. De allí surgió una primera serie de dibujos sobre la cual escribimos lo siguiente:
La raíz de la palabra instante está acorazonada en la imagen de algo que "está de pie". Una voluntad que hace posible el presente, experimentar aquello en lo que estamos. De todos los paisajes posibles, el río ha permitido esta impresión en la conciencia, pues a diferencia del mar, el río expone su flumen en una correría masiva, inaprensible y lineal. De allí que la máxima de Heráclito sea "nadie entra dos veces en el mismo río" y no, -nadie entra en mismo mar dos veces-, aunque el mar nunca sea el mismo.

Lo que sentíamos en el proceso de dibujo era un poder de la imagen orientado no tanto hacia el resultado final, sino dado en una manera particular de acumular una masa, no de agua, sino de tiempo. Esta idea de caudal como expresión del dibujo, toma forma en un corte de instante en el volumen. Este proyecto gira en torno a dos obturaciones de una ráfaga lanzada al río de la Vega en una subienda de lluvias de la región. Caudal es abundancia, cabeza, grosor, pero el agua, vaciada en su cuenca, apenas hace caso a la forma que le dicta. En cada unidad de tiempo infinita toma nuevas formas y no es saciada en su impulso multiforme. De allí que entre las dos obturaciones tomadas con la mayor proximidad posible, la imagen cambie de súbito y revele la colosal cantidad de detalle existente en el instante. La intención del dibujo es pues, expandir la experiencia del presente a través de un habitar longevo en el oficio, levantando un segundo caudal cargado de tiempo, de maneral tal que el caudal "se ponga de pie". El caudal está de pie (en el tiempo).
Sin embargo el proceso fue tal, que decidí hacer el siguiente fotograma en una nueva escala. Me sumergí en un nuevo dibujo (uno que me llevaría varios pares de meses), como si me lanzara a este rio, sin una claridad construida, mas bien como un impulso. Poco a poco me di cuenta que resultaba ser un sumergimiento, un bautismo constante. Horas de observación, de trazado continuo densifican esta masa de agua que a modo de mantra me arroja a la profundidad del pensamiento, del remordimiento, limpiándome, perdonándome y poco a poco sanando la vertiginosidad del pensamiento. Un bautismo que lava la estructura temporal que habito, que me sumerge en un tiempo que abandona la narrativa lineal y me ubica en un constructum de sucesos que se superponen y expanden en una atomización de realidad.

140 cm X 80 cm. Impresión en papel Epson Hot Press Natural 315 grs 100% algodón. Impresión Giclee  
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